El final de la primera parte de esta historia hizo que no
tardara mucho tiempo en empezar a leer este libro en cuanto se publicó. Como el
anterior libro me sorprendió para bien, este tengo que reconocer que esperaba
algo más, pero aun así me ha gustado.
Dos chicos que están enamorados se enteran de que hay algo
que puede hacer que su relación no sea posible.
En este libro hay más drama que en el primero, los
protagonistas se pegan gran parte del libro lloriqueando porque no pueden estar
juntos, aunque eso tampoco les impide liarse. También descubrimos el pasado del
malote y sus traumas, que sorprendentemente no utiliza como excusa de su mal
humor y violencia. Los dos protagonistas cambian respecto al primer libro con
eso, el uno se da cuenta que no debe dejar que el otro le ningunee y el otro se
da cuenta de que ha sido un cabrón con el primero y le pide perdón.
Hay un personaje que si no saliera creo que tampoco hubiera
pasado nada, al principio me parecía majo pero luego cada vez que aparecía
pensaba: ‘¿otra vez este? Que pesado’ y después de lo que pasa con este
personaje creía que volvería a aparecer pero nada, por eso no entendí muy si
solo sale para crear drama o que.
El final me ha gustado, yo esperaba algo más, que me
sorprendiera como en el primer libro pero este libro comparado con el primero
en eso, en sorpresas y giros es más tranquilo.
Eso sí, no pude soltar el libro, engancha demasiado y se lee
enseguida.
En resumen, ha sido una bilogía que me ha sorprendido y me
gustado. Estoy segura de que volveré a leer al autor en el futuro.
Estoy hablando de ‘Los cuerpos de las últimas veces’ de
Iñigo Aguas, ¿lo habéis leído?
Un saludo, y ¡a leer!
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