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Tenía muchas ganas de leer este libro pero también miedo de que el haber leído solo buenas críticas sobre él y tener el hype por las nubes me decepcionara, pero no ha sido así. Me ha gustado mucho.
El hijo de la primera presidenta de EEUU y el príncipe de Inglaterra se ven obligados a pasar tiempo juntos y fingir que son amigos después de liarla en la boda real y cargarse el carísimo pastel nupcial.
Los dos protagonistas son dos chicos que tiene su vida planeada, uno porque es un príncipe y no le queda otra que hace lo que esperan de él y el otro siempre ha querido seguir los pasos de sus padres y ser político. Después de pasar un tiempo juntos se empiezan a hacer amigos a base de mensajes y llamadas, y eso es como aire fresco para ellos y algo desbarata sus planes.
Se enamoran. Y hay drama, algo de sexo, política y mucho amor. Pero amor del bonito, del que puede llegar a ser cursi y hacerte suspirar.
Es un libro que engancha mucho, me ponía a leer y el tiempo pasaba volando. Me lo he pasado muy bien leyendo, me reía pero también tengo que reconocer que también he llorado. En resumen, lo he disfrutado mucho.
Como he dicho al principio, leí bastantes criticas de este libro y casi todas decían que había demasiada política, y ese también era otro de mis miedos a la hora de leer este libro, que mucha política hiciera que me aburriera, a ver, la tiene que haber porque los protagonistas son los que son, pero no me ha parecido que haya tanta como para resultar cargante, y lo dice una a la que no le gusta la política. Es más, en las últimas páginas, he sentido tensión real por saber si reelegían como presidenta a la madre de uno de los protagonistas.
Este libro tiene una de las cosas que más odio en un libro: los capítulos extra largos. Aunque gracias a eso el libro me ha durado más de un día.
Amantes de la romántica, tenéis que leer ‘Rojo, blanco y sangre azul’ de Casey McQuiston.


Un saludo, y ¡a leer!

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